Si hay unos de lugares de misterio que tengo muchas ganas de visitar es sin duda Bold Street. Quien haya leído el post sobre mi experiencia en el Hotel Palace de Madrid sabrá de mis motivos.
Para aquellos que no sepan de que estoy hablando, os cuento que Bold Street es una famosa calle de Liverpool, Inglaterra. Famosa sobretodo por ser protagonista de muchos relatos relacionados con saltos en el tiempo, o más bien errores temporales.
Lo cierto es, que más allá del reclamo turístico que esto implica, los registros de estos casos suelen ser oficiales y con una serie de explicaciones detalladas que da que pensar que las personas que las han experimentado no inventan.
Sacando mi lado más crítico y aún habiendo vivido en mis carnes algo similar, he de decir que en ningún caso, al menos que nos llegue a nuestros oídos, son aportadas pruebas tangibles. Por ejemplo, que alguien hubiera traído a nuestra línea temporal un objeto o souvenir de esa incursión, que en el caso de Bold Street suelen ser al pasado.
Aquí surgen varias preguntas interesantes, como que: ¿ qué pasaría en el más que probable caso que ese mismo objeto secuestrado del pasado hubiera resistido el paso del tiempo y también se encontrara en el presente?. O ¿os imagináis un selfie-vintage?. Igual el terreno de las paradojas temporales ya se nos escapa del todo.
Sea como sea, una escapada a Liverpool, siendo o no fan de Los Beatles, seguidor de los Reds; equipo de fútbol; o simplemente disfrutar de una ciudad emblemática británica, creo que merece mucho la pena. Yo no creo que tarde en visitarla.
No quería acabar este artículo sin dejar muestra de una de las historias más conocidas sobre el fenómeno que hoy me animé a compartir con todos vosotros. Como es relativamente moderna, igual os motiva a ver si tenéis suerte de correr una aventura tan fascinante como la del siguiente personaje.
Le ocurrió en 2006 a un ladrón que escapaba de un vigilante jurado y giró por Bold Street. El delincuente se giró y vio que su perseguidor había desaparecido. Se tranquilizó y empezó a caminar por la calle dándose cuenta de que todo el mundo vestía muy raro y los coches eran muy, muy viejos. Extrañado al pasar por un quiosco miró la fecha del diario y vio que era de 1967. Se asustó y corrió hacia otra calle, en ella todo volvió a ser normal pero al mirar hacia Bold Street aún pudo ver por unos segundos las imágenes de 1967. El hombre se entregó a la policía y al explicar lo sucedido el vigilante jurado corroboró que había desparecido repentinamente.
Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo.
Mario Benedetti
No conocía la historia de Bold Street… muy interesante. Si algún día voy a Liverpool, sin duda pasearé por esa calle.
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Hola Laura, la verdad que al parecer hay muchos casos documentados. Yo tengo muchas ganas de conocer el lugar in-situ, y más después de mi vivencia en el Hotel Palace de Madrid.
Gracias por tu comentario.
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De donde vengo, el tiempo lo concevimos de otra manera, y creo que tenemos una visión más amplia que vosotros aquí en la tierra, y no nos extraña tanto lugares como Bold street pero todo a ” su tiempo”. Y nunca mejor dicho.
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